El desafío del tiempo consiste en manejar bien este recurso limitado. Reconocer que el tiempo es tanto duradero como efímero es clave para su manejo adecuado. Organizar nuestro calendario en distintos plazos, desde anual hasta diario, nos permite visualizar nuestras metas a largo plazo, así como desglosarlas en acciones concretas y alcanzables en el corto y mediano plazo. Establecer objetivos inteligentes (SMART) mejora la claridad y la motivación, mientras que trabajar por bloques de tiempo nos ayuda a concentrarnos mejor y ser más productivos al agrupar tareas similares. Además, usar la automatización en nuestro trabajo puede ahorrarnos tiempo para actividades más importantes.